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14/7/10

EL PIRATA FRANCES DE PATAGONES



Ya en otras Historias en piyamas hemos tratado de aclarar las diferencias entre piratas, corsarios, filibusteros, etcétera.

A pesar de que últimamente han aparecido nuevamente, en el lejano Pacífico y en otras regiones del mundo muy alejadas de las nuestras, cuna estuvo, especialmente por los siglos XVII y XVIII, en nuestras tierras, fundamentalmente en el trópico americano.

Corsario era una especie de pirata, pero con papeles  en orden, para poder robar y asaltar en los mares, en algunos casos como pretendida defensa de bloqueos, guerras y resarcimientos.

Ser corsario era, ejercer el corso, era una forma de cometer delitos con permiso, con permiso oficializado y con patente. Ahora, quizás, nos parezca un poco raro el hecho de tener permiso oficial, otorgado por un gobierno para cometer un delito.

Nuestro corsario maragato, lo dan como nacido, algunos escritos históricos en 1799 en Saint Malo, o Caláis, en Francia, así que era maragato por adopción, y según parece su padre también había sido corsario napoleónico.

Se llamaba Francisco Fourmatin, tenía 30 años en 1826 y en Carmen de Patagones era conocido como Bivois.

Antes de que el Imperio brasileño declarara la guerra a nuestro país en 1825, hizo su aparición en el Rio de la Plata, nuestro corsario francés, o maragato, y recibió del armador Vicente Casares el timón del bergantín Lavalleja, construido en Estados Unidos, anteriormente llamado Guillermo que desplazaba 200 toneladas, dotado de 12 cañones y una tripulación de 80 hombres.

Tuvo una carta o patente de corso número 92 con fecha 12 de Marzo de 1826, el barco había estado antes destinado a los patriotas orientales, que estaban asediados por los portugueses.

La primera muestra de la capacidad de Fourmatin o Bivois como corsario, fue un crucero en las costas brasileñas o portuguesas en ese momento, haciendo más de 30 presas brasileñas o portuguesas por un valor de mas de 300.000 pesos que fueron enviados a Carmen de Patagones, único puerto o fondeadero al sur de Buenos Aires o del Rio Salado, a salvo del bloqueo de los brasileños.

La gama de los productos conseguidos en los abordajes en el mar era de lo mas variada: vino y otras bebidas, café, arroz, onzas de oro, carne salada, cueros, tabaco, azúcar tocino, carga general, tablas, marfil, cera, etcétera. Un especial lugar ocupaban también los negros esclavos, que también tenían por supuesto su cotización

Regresando de una de sus correrías, el Lavalleja, zozobró durante un temporal según cuenta el historiador Héctor Pérez Morando, en un ejemplar del Diario Rio Negro en el Cabo San Antonio en 1826, seguramente donde 80 años después habría una pequeña aldea llamada San Antonio Oeste

Fourmatin que se salvó con toda la tripulación, ya para entonces tenía despacho de capitán de  bergantín corsario

Estando ya en Carmen de Patagones, su vida corre peligro, por una conjura en su contra en la que intervinieron tripulantes del Rio de la Plata y 17 hombres que habían pertenecido a su propia tripulación, pero la conjura fracasó.

A fines de 1826 fue capitán del lanchón República Argentina y luego de una ballenera llamada Hijo de Julio, un barquichuelo construido en Buenos Aires y con el que tomó otras seis naves cerca de Santos en Brasil.

Estaba en Carmen de Patagones cuando se produce el desembarco de los brasileños el 7 de Marzo de 1827

Fourmatin tuvo una muy activa vida de corsario para sus armadores sus socios, que eran el ya citado  Casares y un tal José Julián Arriola. Para entonces Patagones pasó a ser su lugar fijo de residencia

Allí se había casado con Feliciana Fontana en 1824.

Por entonces la ciudad era un nido de corsarios, había mucha riqueza producto de las fechorías marinas, era un puerto seguro utilizado por varios y renombrados corsarios.

Sin embargo hubo un hecho curioso en la famosa jornada del 7 de Marzo de 1827, celebrado todos los años desde entonces y en la que participó toda la población maragata, incluso tripulaciones extranjeras, sin embargo Francisco Fourmatin, no participó de esa jornada “por estar enfermo”

Es un dato que siempre ha llamado la atención y la sigue llamando y nunca se ha encontrado una explicación que satisfaga, pero los papeles y los datos históricos siguen diciendo que así sucedió.
  
Es casi seguro que los brasileños invasores, con bastante antelación sabrían las características del corsario, de la población y del Fuerte y también las características del Valle inferior del Rio Negro, especialmente el régimen de mareas.

El gobierno argentino de Rosas, en 1836, estando el corsario emigrado en el Uruguay y a las órdenes de sus autoridades, le embargo una quinta con una casa de adobe, en las cercanías de Carmen de Patagones, con un pequeño terreno con sembrados, una casa en el pueblo, cuatro caballos, cuatro yeguas, dos potrancas y un buey, recordándole de paso que en 1828 había sido apresado y se había fugado.

Su dualidad no se puede discutir. En 1838 fue jefe de la escuadra oriental y de varias naves que habían luchado contra Brown y al ser sometida Montevideo al asedio del General Oribe, Fourmatin entró a servir en la línea de fortificación, el General Paz le confió el mando de seis baterías. Esto en 1843 y además el mismo Paz le confirió un certificado muy conceptuoso sobre su accionar y el buen cumplimiento de las órdenes recibidas

En 1848 el gobierno de Montevideo le confiere el cargo de Coronel de Marina y el consecuente cargo de Jefe de la escuadra.

En 1849 vuelve a Buenos Aires y comanda la goleta nacional Maipú.

Volvió a Patagones en Marzo de 1852 como comandante militar. Luego estuvo en Bahía Blanca cuando es asesinado el Coronel Olivier y nuevamente en 1857 asume la comandancia militar en Patagones.

También, unos años después fue Jefe de la Escuadra de la Provincia de Buenos Aires, cuando la separación de ésta de la Confederación.

Murió cerca de Diamante, en el vapor Caaguazú, de una apoplejía el 21 de Noviembre de 1861.

Hay descendientes de él, en Carmen de Patagones, actualmente
 Esta es la historia del corsario más cercano que tuvimos

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