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24/7/10

EL ENTERRADOR DE CELEBRIDADES

El gran escritor nicaragüense Rubén Darío que en realidad era un seudónimo, porque se llamaba Félix Rubén García Sarmiento llegó a Buenos Aires para hacerse cargo del Consulado de Colombia.

En poco tiempo perdió su empleo, por los continuos cambios políticos que se producían en el país que representaba.

Sin embargo como se sentía muy a gusto en Buenos Aires y tenía muy buenas  amistades en el círculo bohemio que frecuentaba, se quedó.

Leopoldo Lugones lo incorporó a la Dirección de Correos, lo que le permitió vivir de un sueldo, cosa que aumentaba con algún aporte periodístico mal remunerado.

Sus mejores amigos fueron el escritor Roberto Pairó, entre suyas obras puede figurar El casamiento del Laucha, Frank Brown, el mas famoso payaso que pasó por Buenos Aires y Charles de Soussens un escritor suizo que había arribado al Rio de la Plata siguiendo a una antigua novia, integrante de una compañía de music hall, en gira por Sudamérica.

 Este grupo bohemio dio origen a las Peñas en Buenos Aires, círculo de relaciones con Inquietudes intelectuales que frecuentaban el mismo bar o restaurante.

En una de esas reuniones, acordaron que no volverían a escribir nunca más una columna gratis en ningún diario que lo requiriese.

Rubén Darío comenzó a firmar, a veces con nuevos seudónimos, textos periodísticos en el Diario La Nación. Y se especializó en notas necrológicas, es decir las biografías de algunas personalidades que acababan de morir, sobre todo de aquellos vinculados a las letras.

Él mismo se llamaba “enterrador de celebridades”

Por lo general en los diarios y agencias de noticias, cuando una personalidad se enferma con riesgo de muerte es habitual encargarle a un redactor la biografía del enfermo.
En caso de que muera no se pierde tiempo en hacer un nuevo texto sino que se utiliza el ya escrito y si muere se le agregan algunas lamentaciones por la irreparable pérdida.

El 1 de Junio de 1897 se encontraba con unos amigos debatiéndose todos entre la necesidad de una buena comida, bien regada y la falta del dinero necesario para la misma. La reunión era en la Cervecería Monti en Maipú esquina Sarmiento, como de costumbre, cuando recibió el llamado de Enrique de Vedia, el administrador de La Nación, para solicitarle un texto sobre el escritor estadounidense Mark Twain –

Es preciso, le dijo, que escriba un  artículo extenso, enseguida sobre Mark Twain, para que aparezca en la edición de mañana, porque es probable que la noticia del fallecimiento llegue hoy a Buenos Aires.

Según un cable de la Agencia Associaite Press, el escritor agonizaba en Londres.

La noticia de la agonía de Mark Twuain no era motivo de festejo para el nicaragüense pero sí de alegría ya que significaba un ingreso extra.

Como cobraba sus notas al día siguiente, el escritor corrió a la redacción y el enterrador de celebridades escribió su nota necrológica y convocó a sus amigos a un restaurante famoso a pocas cuadras de la redacción de La Nación para una comilona bien regada.

Según narró Rubén Darío cuando entregué mi trabajo concurría buscar a mis amigos para que cenáramos juntos y por supuesto pedimos una opípara cena, bien humedecida –
A las libaciones siguieron las, literarias y anecdóticas charlas. Hasta el amanecer y Charles de Soussens (a quien José Ingenieros le regalaba su ropa y llamaba “ginebrino” por su adicción a la ginebra, se ofreció para ir a buscar al amanecer un número de La Nación.

Al regresar, la cara de Soussens, bajo su inseparable galera gris, traducía un desconsuelo que nada bueno hacía prever.

Se acercó a la mesa del grupo de amigos agitando el diario con los brazos en alto.

Se acercó a Rubén Darío con lástima  y le dijo en un español afrancesado. No viene el artículo.
A quince años del episodio que estamos contando, Rubén Darío lo contó en Caras y Caretas .Nos pusimos serios. Desdoblé el periódico y nos enteramos de la penosa verdad.

En un cablegrama se anunciaba la enfermedad de Mark Twain, en otro sea anunciaba que los médicos abrigaban esperanza, en otro que se esperaba una reacción y en otro se anunciaba una franca mejoría.

La salvación del escritor fue para nosotros un golpe duro. El dinero de la necrológica ya estaba gastado

Como puede haber sucedido todo en pocos minutos.

El asunto empezó cuando en el diario llega el cable de que James Ross Clemens-
Mark TWAIN se llamaba Samuel Longorne Clemens) y en el diario malinterpretaron la noticia. Quien estaba muriéndose era un primo del escritor

Todo esto en medio de la comilona de Rubén Darío y sus amigos.

A la misma hora en que Darío detallaba la biografía de Twain, el New York Jornal acudía a la casa del escritor quien lo recibió en persona y no parecía estar agonizando
Quien le aclaró todo. Además el primo ya estaba recuperándose.
Twain lanzó una frase que ha quedado en la historia. El anuncio de la muerte es una exageración y que los sajones utilizan como nosotros los latinos los muertos que vos matáis, gozan de buena salud.

A propósito hay otra frase interesante de Mark Twain en sus memorias:
Entonces me convertí en periodista, odiaba hacerlo, pero no conseguí ningún trabajo honesto.

Disculpen los periodistas, pero yo solo repetí lo que había dicho Mark Twain en sus memorias 

23/7/10

EL CARNAVAL EN EPOCA DE ROSAS

El Carnaval siempre ha sido una fiesta anual que, hubo tiempos en que se festejó con una violencia increíble

Ya se sabe que es una fiesta que no cae todos los años en la misma fecha, es una fiesta móvil y tiene origen cristiano porque se celebra antes de la Cuaresma, que siempre fue una fecha de privaciones.

Precisamente Carnaval significa adiós a la carne, porque durante el período de la misma estaba antiguamente prohibido comer carne, mientras durara el período de cuarenta días.

Con el tiempo fue cambiando y hoy casi pasa desapercibido.La celebración consistía en el uso de un disfraz, de manera de producir una confusión y que no se conocieran quienes estaban celebrándolo.

Lo que yo creo que todavía se conserva es la costumbre de arrojarse agua unos a otros. El abuso de esta costumbre hizo que en distintos períodos de la historia las autoridades necesitaran reglamentarla.

El Virrey Vertiz implantó los festejos en locales cerrados Era festejado fundamentalmente por los negros esclavos y el intento de en cierta medida restringir su festejo, por parte de Vertiz provocó el enojo de no pocos porteños que hicieron llegar su protesta al mismísimo Rey de España.

Los excesos no disminuían entonces las restricciones siguieron. Y se prohibieron los juegos con harina, agua, harina, huevos.

Los años posteriores a la Revolución la costumbre siguió y jugándose con agua en forma más intensa. Por supuesto con agua del Rio.
Los huevos fueron también modificándose, ya no eran los de gallinas sino ahora se utilizaban los de avestruz.

Hacia 1820 se arrojaba agua y huevos desde los balcones a los peatones que pasaran debajo.

En tiempos de Rosas el carnaval era esperado por los numerosos negros, que en su mayoría eran protegidos del Restaurador.

Para el carnaval de 1836 se permitieron las máscaras y comparsas, aunque ya para entonces el carnaval estaba muy reglamentado y el comienzo era anunciado con tres cañonazos a las doce del mediodía y también la finalización, por la tarde con otros tres cañonazos.

Los negros, disididos en naciones, concentraban sus actividades sobre todo en el barrio de Montserrat, también por el barrio del Mondongo, del Tambor y en San Telmo.

Se agrupaban en sociedades mutualistas y tenían sus sitios o tambos donde celebraban sus ritos con reminiscencias africanas y practicaban sus danzas, no exentas de lascivia y sus candombes ensordecedores.

El Historiador Francisco Romay menciona los siguientes agrupaciones: Cabinda, Ménguele, Independencia, Rubolo, Congo y Angola. Otras se denominaban Mozambiques, Muchagua, Quiparà y Mondongo.

Don Juan Manuel de Rosas, seguido de una corte de funcionarios y amigos, solía concurrir donde se celebraban estas fiestas.

Puede citarse una visita realizada al candombe Congo Aubunba, allá por 1838, en compañía de su esposa Encarnación, en la esquina que hoy forman las calles San Juan y Santiago del Estero.

Vistiendo su relumbrante uniforme de Brigadier general, en compañía de su esposa Encarnación Ezcurra y de su hija Manuelita y demás séquito.

Rosas recibieron con gesto solemne las actitudes de lealtad de sus amigos, para contemplar luego el baile de los morenos.

Manuelita, por su parte, en compañía de sus amigas Juanita Sosa y Dolores Merced, asistía también a la cofradía situada en la Quinta de las albahacas.

El salón estaba alfombrado con bayeta colorada y al fondo se veían tres grandes sillones también colorados. El del Centro era reservado para Manuelita y al menos uno de los otros dos para el Rey.

Por su puesto, las cuartetas que se recitaban y los himnos que se cantaban estaban llenos de loas al Restaurador y elogios a la belleza de Manuelita. Y, claro, insultos a los salvajes unitarios. .

El más importante de estos actos se celebraba en la Plaza de Montserrat, que contaban con el marco que le prestaban las carretas que llegaban del interior, cargadas con frutos del país.

En el lugar abundaban los ranchos de adobe y paja y en ese barrio estaba la famosa Calle del Pecado, donde se exhibían las prostitutas.

Pero la reglamentación de los juegos del Carnaval resulta por demás interesantes. Seguramente redactadas con la puntillosa prolijidad del Restaurador.

Artículo 1º El juego de Carnaval solo será permitido en los tres días que preceden al de Ceniza, principiando cada día a las dos de la tarde, cuya hora se anunciará con tres cañonazos desde la Fortaleza y concluyendo al toque de la oración cuando tendrán lugar otros tres cañonazos.

Artículo 2º -En las casas donde se juegue desde las azoteas o terrazas deberán mantenerse las puertas de calle cerradas durante las horas de diversión y abrirse solamente para los momentos precisos en los casos necesarios para el servicio.

Artículo 3º El juego que se haga desde las azoteas, ventanas o puerta de calle, solo podrá ser con agua sin ninguna otra mezcla, o con los huevos comunes de olor y de ninguna manera con los de avestruz.

Artículo 4º Los que jueguen por la calle, a caballo o a pié o en rodado, solo podrán usar de los expresados huevos comunes de olor. Los mismos como también los que jueguen desde las azoteas, ventanas o puertas, para usar de cohetes y buscapiés, deberán sacar permiso por escrito del Jefe de Policía, bajo firma.

Artículo 5º - Nadie jugando por la calle podrá asaltar ninguna casa ni forzar alguna de sus puertas o ventanas ni pasar de sus umbrales  para adentro ni a pié ni a caballo, en continuación del juego...

Artículo 6º. Tampoco se podrá jugar de casa en casa por los interiores de ella.

Artículo 7º Queda igualmente prohibido el uso de las máscaras, el vestirse en traje que no corresponda a su sexo, el presentarse en clase de farsante, pantomimo o entremés, con el traje o insignias de eclesiástico, magistrado, militar, empleado público o persona anciana.

Artículo 8º Para las diversiones públicas que puedan tener lugar en la noche, de la oración para adelante, se sacará el correspondiente permiso del Jefe de policía, por escrito, bajo su firma.

Artículo 9º El que infringiese cualquiera de los artículos de este decreto, será castigado a juicio y discreción del Gobierno, como corresponda según las circunstancias del caso y al mismo tiempo a subsanar los daños y perjuicios particulares que hubiere causado por su infracción, en caso de ser reclamado-

Evidentemente a pensar en todas las posibilidades cuando redactaba un decreto no le iban a ganar al Restaurador de las leyes.

16/7/10

HISTORIAS DE INMIGRANTES

El 4 de Septiembre, en nuestro país es el día del Inmigrante.

Si hay un país que tuvo una política inmigratoria exitosa ese es el nuestro, que siempre fue atractivo para quien anduviera buscando un lugar en el mundo donde prosperar y encontrar trabajo.

Pero la inmigración fue una obsesión de las autoridades argentinas, sobre todo después de la Organización Nacional y gracias a lo exitosa que resultó esa política nuestro país fue el más beneficiado.

La llamada generación el Ochenta que gobernó muchos años después de Caseros se había propuesto dos objetivos: que este fuera un país de inmigración y que la Educación fuera obligatoria y gratuita para todos.
     
Fue de las llamadas políticas de Estado, sin importar que se sucedieran los gobiernos, estas dos políticas se continuaban.

Un gran porcentaje de los argentinos de hoy descendemos de algún inmigrante.

Pero, por alguna razón venían a la Argentina y no a otro país sudamericano.

Los que habían pensado en estas políticas inmigratorias y de educación fueron Juan Bautista Alberdi y Sarmiento.

Aunque Alberdi se equivocó en algo, el autor de las Bases pensaba en una inmigración de Europa del Norte y los que vinieron a engrandecer el país fueron italianos, españoles, “turcos” como se llamaba a los árabes y “rusos” como se llamaba a los judíos que venían de Europa con influencia de Rusia, por lo general Polonia

En cuanto a la política educativa, tuvimos una suerte impresionante. Sarmiento, como se sabe, cuando la época del rosismo estuvo exiliado en Chile y allí también se marcaba claramente su inclinación por la educación, entonces el Presidente Mont, queriendo aprovecharla lo manda a Europa y EE:UU, para que vea como se educaba allí y luego aprovechar la experiencia en Chile.

Cuando termina su gira, observando los métodos de Educación europeos y norteamericanos, prepara un informe para el presidente chileno y en ese momento se produce la batalla de Caseros, la caída de Rosas y el informe que provoca el proyecto educativo, Sarmiento lo lleva  a cabo en nuestro país.

Más suerte imposible.

Lo cierto, para no desviarnos del tema, que los inmigrantes han moldeado nuestra forma de ser con su cultura y sus costumbres.

En nuestro pueblo cuando comienza el trabajo de tendido de las vías hasta Bariloche fue tan heterogénea la nacionalidad de quienes venían a buscar trabajo que hasta había un bar Balcánico que era concurrido por quienes tenían ese origen o sea serbios, ucranianos, eslovenos, etc.

Millones de inmigrantes llegaron entre fines del siglo XIX y principios del Siglo XX entre lágrimas de nostalgias e ilusiones.

Todos loa españoles vinieran de donde viniera, no importa si eran vascos, catalanes, o de cualquier otra provincia española, en nuestro país pasaron a ser “gallegos”, lo mismo que todos los italianos pasaron a ser “gringos”, los árabes “turcos” y los judíos “rusos”

La política inmigratoria de los gobiernos era sencilla y eficaz se había construido un llamado Hotel de inmigrantes, donde el recién llegado tenía derecho a alojarse durante cinco días. Luego le daban el pasaje gratis, en tren, hasta el lugar que eligiese, no importa donde estuviera. A partir de allí quedaba librado a su suerte.

Se lo proveía de un pequeño manual donde se le daban algunos consejos, que ahora nos parecen demasiado elementales, para señalarles algunas costumbres locales. Entre otras cosas, aconsejaba:

·        Cuando una banda toca el Himno Nacional todos los presentes se descubren la cabeza en señal de respeto.

·        A una mujer ya sea una dama o una lavandera, se le dice habitualmente   señora. Llamarla mujer no suena bien ya que equivale a decirle hembra.

·        Para llamar a la puerta de una casa, no se grita ni se golpea, se bate.las palmas de las manos.

·        Al camarero en un café se le llama mozo.

·        El aviso que dice “Está prohibido salivar significa “vetato sputare”

·        Por la calle no se camina fuera de la vereda, de hacerlo recibiría el calificativo de atorrante, que significa mendigo.

Hubo años de grandes cosechas cuando se necesitaban muchas manos en que el Gobierno Argentino se hizo cargo del total del pasaje en barco desde Europa a Buenos Aires.

En algunos años, la cosecha era importante, pero no tanto, entonces al inmigrante se le pagaba la mitad del pasaje…

Algo que llamaba la atención de las familias, aunque primero viajaba solo el varón y después traía a los demás, era que la educación de los niños fuera obligatoria y no solo eso sino que además fuera gratuita, cosa que en países europeos no sucedía.

En esa época, la política educativa llevada a cabo por Sarmiento hacía que en nuestro país hubiera más que supiera leer y escribir que en toda América Latina junta

Pero, después de esta larga introducción, queremos contar brevemente la historia de cuatro inmigrantes que llegaron a San Antonio Oeste en esos años con ganas de trabajar y progresar y que de paso contribuyeron a l progreso de nuestro pueblo.

Las nacionalidades de los mismos son un reflejo de las nacionalidades que llegaban al país en esos años.

Un italiano, un español, un turco, llamado así, pero en realidad libanés y un judío, de Polonia.

El italiano fue don Atilio Francisco Agnoli, cabeza de una familia cuyos integrantes todavía viven entre nosotros.

Había nacido en Italia, en Cortina Danpezzo en 1898. Era hijo de un molinero que fabricaba harina de trigo para todo el pueblo. Como era entonces, años de familias numerosas, su familia tenía doce hijos.

Cuando llega la Guerra de 1914 fue llevado a combatir al frente, a los 16 años de edad.

Herido en una pierna estuvo 9 meses internados en un hospital, donde aprendió el oficio de zapatero.

Cuando vuelve al frente, pensaba “Si me salvo, me voy a América.”

En 1922 llegó a esta zona y eran años de trabajo seguro en San Antonio Oeste, pues la construcción del Ferrocarril necesitaba muchas manos.
Todo a pala, pico y carretilla. A la noche, recordaba que sus manos necesitaban un cuidado especial, con unto sin sal, porque casi estaban sin piel.

Así llegó a Bariloche, pero no le gustó y se volvió a San Antonio.

Una noche en que se paseaba angustiado desesperado y llorando por la orilla de marea se encontró con un señor que le preguntó que le pasaba.
Don Atilio le contó su drama y su angustia por encontrarse solo tan lejos de su patria

Era nada menos que el Gerente de Lahusen, la casa comercial más importante.de entonces. Mañana véngame a ver, le dijo.

Le dio, un generoso fiado, todo lo que necesitaba para arreglar zapatos. Así comenzó a trabajar en el oficio aprendido durante la guerra, en el Hospital.

La primera zapatería estuvo frente al Hospital Viejo, en la calle Hipólito Irigoyen. Más tarde y hasta el final en la calle Moreno, al lado de donde era la casa del doctor Aníbal Serra.
Se caso con una argentina, Ana Rodríguez. Con la que tuvo cinco hijos.

Murió en 1983 a los 85 años de edad

La segunda historia es la de un español, también fundador en San Antonio Oeste de una larga familia que viene de los primeros años. Don Joaquín Izco.

Emigró a la Argentina desde su España natal, de la ciudad de Pamplona en Navarra.

Llegó a San Antonio Oeste desde Comodoro Rivadavia ejerciendo su oficio de constructor de galpones.

Hombre muy inteligente, con gran predisposición por la electricidad. Autodidacta, hizo cursos por correo, con exámenes y todo que tenía que contestar también por correo.

Aquí en San Antonio condujo la primera fábrica de hielo que tuvo la localidad, con todos los inconvenientes técnicos que para los tiempos que estamos historiando son de imaginar.
La del hielo era una industria absolutamente necesaria para una población que estaba, todavía en forma incipiente dedicándose a la pesca.

También instaló la primera usina eléctrica, que tenía otro propietario pero que después del traspaso de la propiedad también terminó conduciendo

Pero, como si esto fuera poco instaló la primera central telefónica que comunicaba a los sanantonienses, siendo la primera del entonces Territorio de Rio Negro.

La Central telefónica tenía unos cien abonados.

Tuvo la fábrica de soda que proveía de la misma a una población que no tenía agua.
Derivada de la misma también se fabricaba una gaseosa muy popular en todo el país, la Bilz, antes que otras muy populares hoy como Coca Cola, Pepsi la terminaran desplazándola.

Lamentablemente murió relativamente joven, en 1948, de lo contrario, seguramente hubiera seguido trayendo otras innovaciones tecnológicas, para las cual, como dijimos tenía gran predisposición. Había nacido en Pamplona, Navarra, en 1888, de manera que tenía 60 años al morir.

Otro inmigrante que también dejó una importante familia sanantoniense fue don Abram Iud.

Oriundo de Polonia vino directamente a San Antonio Oeste en 1922 aunque tenía un familiar de nombre Rosental, razón por la cual entra al país con este apellido, que estaba radicado en Neuquén.

Esta familiar lo ayuda con mercadería para vender aquí en San Antonio Oeste y en la zona  que recorría como vendedor ambulante. Vendía relojes

Este primer ramo que explotó al final termina cambiándolo por la venta de ropa y calzado.

Como era habitual entre los inmigrantes, primero migraba un varón de la familia, que al poco tiempo, cuando conseguía consolidarse económicamente, iba trayendo a distintos miembros de su familia. Don Abran trajo ocho miembros de su familia, en 1930, alguno para que lo ayudara en sus actividades comerciales, comercio que al principio estuvo en la calle, entonces denominada Comercio y que ahora es Hipólito Irigoyen.

Enviudó aquí y volvió a casarse En 1925 se naturalizó, lo que demuestra lo consustanciado que estaba con su nuevo país. Murió aquí, en San Antonio Oeste, en 1973

Hemos visto, al italiano Agnoli, al español Izco, al judìo polaco Iud, nos falta el infaltable “turco” que, por supuesto no es turco, sino libanès, don Hassein Kanje.

Los árabes eran llamados turcos porque entonces todos los países árabes pertenecían al imperio otomano y los árabes entraban a nuestro país con pasaporte turco.

La de don Hassein Kanje es una verdadera y conmovedora historia de amor.

La de un chico de 17 años, Hassein y su novia Neis, de escasos 15.

Estaban enamorados y al enterarse que sus familias, según la costumbre de la época. Y del lugar ya les tenía destinados con quien se iban a casar, deciden emigrar a escondidas a Argentina donde tenían un familiar o conocido que seguramente los iba a saber orientar, en un país, del cual no conocían el idioma ni las costumbres, tan distintas de las de su país de origen.

Este contacto que tenían en San Antonio Oeste, los provee de lo necesario para que ejercieran el comercio y los envía a Treneta, donde están algunos años hasta que deciden radicarse definitivamente en San Antonio Oeste.

Todo esto en los primeros años de la década del veinte, años de mucha actividad en San Antonio, por la abundancia de trabajo por el tendido de las vías del ferrocarril que terminaría en San Carlos de Bariloche, un puerto con bastante actividad también y un lugar de concentración de la venta de lanas de toda la zona.

Esta es la historia de cuatro apellidos de inmigrantes sanantonienses, cabeza de familias que han sido muy importantes en el desarrollo y el progreso a través de la historia sanantoniense.

Ya la afluencia de inmigrantes no tiene el flujo que tenía en los primeros años de este siglo. Los últimos italianos y españoles vinieron durante las primeras presidencias de Perón. Domínguez, Baltanaz, Marchione, los Hermanos Costa, Repucci, Bonucellì y algún otro, que involuntariamente se nos escapa.

Últimamente fue importante la inmigración de países limítrofes como Chile y Bolivia.

Me pareció oportuno recordar hoy a inmigrantes sanantoniense, en un país de inmigrantes, que contribuyeron al progreso del lugar que eligieron para iniciar otra vida.

14/7/10

UN ACCIDENTE QUE CONMOVIO A SAN ANTONIO OESTE

El 28 de Mayo de 1953, en horas del mediodía ocurrió el accidente que costó la vida del Párroco de nuestro pueblo, el Padre Pablo Percaz y tres albañiles que estaban construyendo un salón para dar cine a los niños en dependencias de la Iglesia parroquial que entonces estaba ubicada en Calle San Martin entre las calles Pellegrini y 9 de Julio. Era una construcción de chapa, como había mucho en esa época

El Padre Pablo Percaz era un sacerdote de Villa Regina que estaba al frente de nuestra parroquia desde un tiempo atrás.

Su figura alta, rubia y de anteojos se destacaba nítidamente cuando disputaba algún partido de futbol con los chicos de la Parroquia como era su costumbre.

Obviamente nuestro pueblo entonces no pasaba de 5000 habitantes, casi todos ellos trabajaban en el ferrocarril.

San Antonio era  un nudo ferroviario. Y el Ferrocarril era también la principal fuente de trabajo para los sanantonienses.

El salón parroquial, que estaban construyendo y que serviría para esparcimiento de los niños que asistirían a las funciones de cine que daría el cura se pensaba inaugurar el 13 de Junio, fiesta del Patrono del pueblo, San Antonio de Padua.

El único colaborador del cura era su sacristán, Eldo Piscia, que lo fue por largos años hasta su muerte, también muy recordado aún hoy por todos.

Albino Osovnikar, que entonces trabajaba en los talleres ferroviarios, antecesores de COMSAL, recuerda conmovido el accidente, al que acudieron con un grupo de compañeros ni bien se enteraron de lo que había sucedido.

Recuerda a un chilenito que lloraba sin poder sostenerse al ver a los muertos, que como dijimos eran cuatro, el cura y tres albañiles.

La causa de la caída del techo dicen quienes lo recuerdan fue de haber pretendido retirar los puntales del techo antes de que hubiera fraguado el cemento lo suficiente.

Era un día lluvioso recuerda Albino.

El cura era muy popular y querido entre los pobladores. Había formado el cuerpo de Boy Scouts, que alegraba los actos populares con sus músicos, a cuyos compas desfilaban en los actos

También alguien supuso que la vibración de los motores de la cercana Usina eléctrica podría haber contribuido a la caída del techo. Pero casi todos los vecinos consultados están de acuerdo en que la causa del accidente fue un error técnico producido al retirar los palos que sostenían el techo antes de que fraguara lo suficiente.

Al enterarse de la muerte del cura, que ya hacía un tiempo que estaba en San Antonio Oeste, muchos vecinos de Villa Regina de donde era originario vinieron a nuestro pueblo. Se llevaron el cuerpo del Párroco y lo trasladaron, seguido de una larga caravana hasta su pueblo de origen donde fue sepultado.

Los tres albañiles, fueron velados en los salones de la Municipalidad local y, como era de esperar acudió mucha gente, lo mismo que al entierro al día siguiente.

El grandote y rubio cura, que Albino recuerda que comía en el Hotel Comercio, dejó un recuerdo imborrable entre los sanantonienses de entonces, que se acentuó al enterarse de la forma dramática de su suerte.
Según algunos, el cura, al menos estuvo a punto de salvarse del derrumbe, pero cuando ya lo estaba consiguiendo un trozo de mampostería lo alcanzó e impidió que consiguiera zafar.

Mucha gente aún recuerda el accidente que, repetimos, conmocionó a la pequeña población, de entonces

LAS DAMAS DE LA CASA ROSADA

La República Argentina, que copió, como casi todos los países latinoamericanos, el sistema de Gobierno de Estados Unidos, no tuvo, quizás una Primera Dama del país que trascendiera el espacio político de su marido, como lo fue Jacqueline Kennedy.

Lo cual no quiere decir que en el más de medio centenar de mujeres desde Juanita Del Pino de Rivadavia en adelante que fueron primeras damas no haya habido mil historias y decenas de entretelas conyugales y hasta casos que impresionaron al mundo.
 Regina Paccini de Alvear
No tuvimos Jacquelines, pero tuvimos Evitas e Isabelitas. Una transformada en Opera y la otra  figura en el Libro Guiness de Records al clausurar su vida como esposa de un Presidente, Vice presidenta y luego hasta Presidenta para convertirse en la primera Jefa de estado de un Estado moderno.

Pacho O'Donell cuando fue Embajador de un gobierno peronista según cuenta en su libro El Prójimo se dedicó a investigar cual había sido la vida de Isabelita en Panamá y se encontró con la sorpresa, que para muchos no lo era, de que era alternadora de un club nocturno en la ciudad de Panamà, frecuentado por los marineros de la Flota Americana.
Felipe Pigna en un libro más reciente: Lo pasado pensado, cuenta cosas peores aún y da el nombre de los testigos que consultó.

Es increíble y no sé si no habrá sido el único caso de estas circunstancias que llegó a Jefa de Estado en el mundo.

A pesar de ser bien distintas, la segunda y tercera esposa de Perón, técnicamente las dos fueron primeras damas.

La mujer del Presidente, casado, porque también hubo solteros como Justo José de Urquiza, que tenía, como se estila ahora, pareja e Hipólito Irigoyen que nunca se caso, aunque fue padre de seis hijos nunca reconocidos y Victorino de la Plaza que era viudo, era una mujer llamada a humanizar el poder por vía de la simpatía, la elegancia o de la beneficencia, nunca  el trabajo, aunque Evita se mató trabajando.

Una de ellas, doña  María Luisa Iribarne de Ortiz con motivo de la asunción de su marido Roberto Ortiz en 1938 se dirigió con un mensaje a las mujeres de nuestro país,
En el que manifestaba que “en este momento, para mí jubiloso, celebro la mayor satisfacción a que puede llegar una mujer, ver reconocidos y premiados los méritos y el patriotismo del hombre a quien consagró su vida.”

La rígida idea de la mujer del Presidente, se conmueve con la llegada de Evita, que no se conforma con tal papel y se pone a trabajar al lado de él.
Muchos historiadores piensan que de no haber muerto tan joven no le hubiera dejado cometer tantos errores a su esposo, como el conflicto con la Iglesia que termina costándole el cargo en 1955.

Los Menem fueron los únicos que se separaron estando en el poder, o sea que antes de Zulema Yoma nadie había renunciado a ser Primera Dama.

Cuando Rivadavia se fue a Europa y dejó sola a Juanita, su esposa, cual mujer abandonada, se desesperó.
Quedaron cartas en que manifiesta su malestar. Estas separaciones, que tantos matrimonios han hecho desgraciados en nuestro país, le dice a su marido, yo estoy distante de pensar que nos pueda pasar a nosotros, pero unámonos, mi Dictateur.”

Se unieron solo en 1925 cuando Rivadavia volvió para asumir la Presidencia al año siguiente.
Juanita ya conocía las mieles del Poder, porque era la hija del Virrey Del Pino.

La Guerra con el Brasil y la resistencia del interior a la Constitución unitaria acabó con la presidencia de Rivadavia en 1827 y la convivencia solo duro hasta 1829 cuando Rivadavia se volvió a Europa.
Cinco años más tarde se juntaron de nuevo, ya en el exilio, entonces Juanita tuvo un resbalón, literalmente, se cayó, se quebró una pierna y al tiempo murió.

En ese tiempo la esposa del Presidente era bastante desconocida para la gente y desde luego no iba a llamarse así a Dolores Costa que a pesar de que convivía no era esposa legítima de Justo José de Urquiza, con quien tuvo mas hijos que con ninguna otra, a pesar de hay quien afirma que el total de hijos de Urquiza superó el centenar con muchas mujeres. Reconoció por una ley dictada en secreto a la mayoría de ellos.
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Hay una anécdota, que vaya a saber si es cierta, y que dice que estando en campaña se le presentó una mujer en su campamento y le dijo – General, yo tengo un hijo suyo -  Urquiza dudó porque el rostro de la mujer no le resultaba familiar y además era poco favorecido. La mujer le dice: General, usted me hecho al suelo y antes de tomarme me tapó la cara con su poncho

Ya se sabe que Domingo Faustino sarmiento, casada con Benita Martínez Pastoriza tuvo una vida sentimental tormentosa. Esta vida incluyó una maestra de inglès.Ida Whikersahan, 30 años menor que él y que cuando iba asumir la Presidencia le escribió desde EE.UU, sin rodeos, proponiéndole: ¿No puedes dejar la Presidencia y venir a pasear conmigo en el Lago Michigan?

Para entonces Sarmiento ya transitaba por las tres décadas de relación con Aurelia Vélez Sarfield, hija de Dalmacio y que parece haber sido el gran y único amor de su vida.

La esposa de Nicolás Avellaneda fue una esposa tan intrascendente como Benita, la de Sarmiento.

Ya hemos contado alguna vez que  las dos hijas del poderoso hacendado cordobés Pedro Funes, Elisa y Clara se casaron con dos personajes que llegaron a la Presidencia, Julio A. Roca y Miguel Juárez Celman, por lo tanto la madre de ambas cumplió el sueño que ninguna madre argentina pudo cumplir, casar sus dos hijas con dos Presidentes.
Además Clara fue la única que sumó doce años de Primera Dama ya que Roca fue dos veces presidente.

Las únicas que cumplieron mandato completo fueron Delfina Vedia de Mitre, Regina Paccini de Alvear y Ana Bernal de Justo.

Con Regina Paccini en homenaje a quien se llama así nuestra Villa Regina. Se habló de la primera dama mucho mas que en cien años anteriores.
Es que ella era una soprano muy conocida cuando se vinculó a fines de siglo a Marcelo T. de Alvear, entonces un joven rico y aristócrata . Había cantado en las grandes salas del mundo. Parece que antes de su noviazgo con Alvear había tenido una proposición de matrimonio con un miembro de la familia del Zar de Rusia.

Pero Alvear necesitó doble esmero en conquistarla porque en esa época las artistas no estaban bien vistas por más artistas líricas que fueran.

Pero la Señora de Alvear dejó atrás el escándalo en 1922 cuando su marido llegó a la Presidencia de la República, a pesar de que la alcurnia porteña dejó una nota con 500 firmas pidiéndole a Alvear que lo pensara dos veces antes de casarse con Regina.
Regina dejó también un legado de su propia fortuna en Buenos Aires, la Casa del Teatro.
Sobrevivió largamente a su esposo ya que murió cuando ya tenía 94 años en 1965.

Que las primeras damas muchas veces tuvieron que cocinar lo puede atestiguar doña Elena Faggionatto de Frondizi cuando tuvo que cocinar un buen bife de chorizo nada menos que para el Che Guevara que estaba entrevistándose en secreto con su esposo.

A la mujer del doctor Ilia, Silvia Martorell de Ilia, Chunga, no le gustaban los actos y el protocolo. Era una sencilla mujer de un médico de Cruz del Eje cuando su esposo es elegido para la Presidencia. Se enfermó gravemente en 1966 y debió ser llevada a Estados Unidos donde fue operada.
Cuando volvió, ya su marido no era más Presidente, porque había sido derrocado por Juan Carlos Onganìa. Falleció tres meses depuse, a los 48 años de edad.

La mujer de Jorge Rafael Videla Alicia Raquel Hardridge de Videla era hija de un marino inglés.

Lo ocurrido después de 1983 es conocido. Lorenza Barrenechea de Alfonsín era una mujer sencilla de muy bajo perfil.
Zulema Yoma fue echada de Olivos, su lugar protocolar fue ocupado por Zulemita y en los últimos años Cristina fue la segunda primera dama (la primera fue Isabelita) que llegó a Presidenta, con la diferencia que esta llegó por voluntad popular y no por enviudar de su marido

Este fue un breve repaso de algunas de las primeras damas que tuvimos.

Esta es la primera vez que hay un Primer caballero (¿) y no una Primera Dama

EL PIRATA FRANCES DE PATAGONES



Ya en otras Historias en piyamas hemos tratado de aclarar las diferencias entre piratas, corsarios, filibusteros, etcétera.

A pesar de que últimamente han aparecido nuevamente, en el lejano Pacífico y en otras regiones del mundo muy alejadas de las nuestras, cuna estuvo, especialmente por los siglos XVII y XVIII, en nuestras tierras, fundamentalmente en el trópico americano.

Corsario era una especie de pirata, pero con papeles  en orden, para poder robar y asaltar en los mares, en algunos casos como pretendida defensa de bloqueos, guerras y resarcimientos.

Ser corsario era, ejercer el corso, era una forma de cometer delitos con permiso, con permiso oficializado y con patente. Ahora, quizás, nos parezca un poco raro el hecho de tener permiso oficial, otorgado por un gobierno para cometer un delito.

Nuestro corsario maragato, lo dan como nacido, algunos escritos históricos en 1799 en Saint Malo, o Caláis, en Francia, así que era maragato por adopción, y según parece su padre también había sido corsario napoleónico.

Se llamaba Francisco Fourmatin, tenía 30 años en 1826 y en Carmen de Patagones era conocido como Bivois.

Antes de que el Imperio brasileño declarara la guerra a nuestro país en 1825, hizo su aparición en el Rio de la Plata, nuestro corsario francés, o maragato, y recibió del armador Vicente Casares el timón del bergantín Lavalleja, construido en Estados Unidos, anteriormente llamado Guillermo que desplazaba 200 toneladas, dotado de 12 cañones y una tripulación de 80 hombres.

Tuvo una carta o patente de corso número 92 con fecha 12 de Marzo de 1826, el barco había estado antes destinado a los patriotas orientales, que estaban asediados por los portugueses.

La primera muestra de la capacidad de Fourmatin o Bivois como corsario, fue un crucero en las costas brasileñas o portuguesas en ese momento, haciendo más de 30 presas brasileñas o portuguesas por un valor de mas de 300.000 pesos que fueron enviados a Carmen de Patagones, único puerto o fondeadero al sur de Buenos Aires o del Rio Salado, a salvo del bloqueo de los brasileños.

La gama de los productos conseguidos en los abordajes en el mar era de lo mas variada: vino y otras bebidas, café, arroz, onzas de oro, carne salada, cueros, tabaco, azúcar tocino, carga general, tablas, marfil, cera, etcétera. Un especial lugar ocupaban también los negros esclavos, que también tenían por supuesto su cotización

Regresando de una de sus correrías, el Lavalleja, zozobró durante un temporal según cuenta el historiador Héctor Pérez Morando, en un ejemplar del Diario Rio Negro en el Cabo San Antonio en 1826, seguramente donde 80 años después habría una pequeña aldea llamada San Antonio Oeste

Fourmatin que se salvó con toda la tripulación, ya para entonces tenía despacho de capitán de  bergantín corsario

Estando ya en Carmen de Patagones, su vida corre peligro, por una conjura en su contra en la que intervinieron tripulantes del Rio de la Plata y 17 hombres que habían pertenecido a su propia tripulación, pero la conjura fracasó.

A fines de 1826 fue capitán del lanchón República Argentina y luego de una ballenera llamada Hijo de Julio, un barquichuelo construido en Buenos Aires y con el que tomó otras seis naves cerca de Santos en Brasil.

Estaba en Carmen de Patagones cuando se produce el desembarco de los brasileños el 7 de Marzo de 1827

Fourmatin tuvo una muy activa vida de corsario para sus armadores sus socios, que eran el ya citado  Casares y un tal José Julián Arriola. Para entonces Patagones pasó a ser su lugar fijo de residencia

Allí se había casado con Feliciana Fontana en 1824.

Por entonces la ciudad era un nido de corsarios, había mucha riqueza producto de las fechorías marinas, era un puerto seguro utilizado por varios y renombrados corsarios.

Sin embargo hubo un hecho curioso en la famosa jornada del 7 de Marzo de 1827, celebrado todos los años desde entonces y en la que participó toda la población maragata, incluso tripulaciones extranjeras, sin embargo Francisco Fourmatin, no participó de esa jornada “por estar enfermo”

Es un dato que siempre ha llamado la atención y la sigue llamando y nunca se ha encontrado una explicación que satisfaga, pero los papeles y los datos históricos siguen diciendo que así sucedió.
  
Es casi seguro que los brasileños invasores, con bastante antelación sabrían las características del corsario, de la población y del Fuerte y también las características del Valle inferior del Rio Negro, especialmente el régimen de mareas.

El gobierno argentino de Rosas, en 1836, estando el corsario emigrado en el Uruguay y a las órdenes de sus autoridades, le embargo una quinta con una casa de adobe, en las cercanías de Carmen de Patagones, con un pequeño terreno con sembrados, una casa en el pueblo, cuatro caballos, cuatro yeguas, dos potrancas y un buey, recordándole de paso que en 1828 había sido apresado y se había fugado.

Su dualidad no se puede discutir. En 1838 fue jefe de la escuadra oriental y de varias naves que habían luchado contra Brown y al ser sometida Montevideo al asedio del General Oribe, Fourmatin entró a servir en la línea de fortificación, el General Paz le confió el mando de seis baterías. Esto en 1843 y además el mismo Paz le confirió un certificado muy conceptuoso sobre su accionar y el buen cumplimiento de las órdenes recibidas

En 1848 el gobierno de Montevideo le confiere el cargo de Coronel de Marina y el consecuente cargo de Jefe de la escuadra.

En 1849 vuelve a Buenos Aires y comanda la goleta nacional Maipú.

Volvió a Patagones en Marzo de 1852 como comandante militar. Luego estuvo en Bahía Blanca cuando es asesinado el Coronel Olivier y nuevamente en 1857 asume la comandancia militar en Patagones.

También, unos años después fue Jefe de la Escuadra de la Provincia de Buenos Aires, cuando la separación de ésta de la Confederación.

Murió cerca de Diamante, en el vapor Caaguazú, de una apoplejía el 21 de Noviembre de 1861.

Hay descendientes de él, en Carmen de Patagones, actualmente
 Esta es la historia del corsario más cercano que tuvimos

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