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4/7/10

EL BALCON DE LA CASA ROSADA

El Gobernador de la  Provincia de Buenos Aires Don Juan Manuel de Rosas, si bien era solamente Gobernador de una de las provincias argentinas,  todos saben  tenía a su cargo todo lo relativo a las Relaciones Exteriores, atributo que las demás provincias le delegaban anualmente.

Estuvo cerca de dos décadas en esta situación, pero el Gobierno no lo ejercía desde el Fuerte,antecesor de la actual Casa Rosada, sino desde su famosa casona que había hecho construir una casona en el entonces sector alejado del Centro porteño, Palermo,San Benito de Palermo

Al caer Rosas, luego de Caseros, precisamente porque el Gobierno de Entre Ríos, encarnado en Urquiza, no le renueva la potestad de ejercer las Relaciones Exteriores, como había sido habitual hasta entonces, cambia el gobierno.

Luego se sanciona la Constitución de 1853, para  institucionalizar definitivamente el país, la Provincia de Buenos Aires no acepta esta Constitución y el país queda dividido en dos, la Provincia de Buenos Aires por una parte y las trece provincias restantes por el otro.

Buenos Aires y trece ranchos, como despectivamente  decían algunos porteños y algunos provincianos por su parte decían también despectivamente que en realidad los porteños, no eran argentinos en el sentido estricto del término argentino

Así sería hasta 1860, el año en que Buenos Aires se integró al resto del país.

Pero este quiebre fue apenas el inicio de una serie de discordias, porque pronto brotaron los conflictos de jurisdicción.

Buenos Aires era al mismo tiempo sede del Gobierno nacional y del Gobierno provincial.
Recién se soluciona parcialmente con la  ley de Federalización y la fundación de la ciudad de La Plata, como capital bonaerense.

El Presidente  pasaba a ser un huésped del Gobierno provincial  bonaerense y esto era lo que a los que no eran porteños no les gustaba.

Por ejemplo durante el mandato de Domingo Faustino Sarmiento hubo algunos cruces con el Gobernador Emilio Castro y uno de esos conflictos tuvo lugar en medio de un acto al que tanto Sarmiento como el Gobernador Castro concurrieron con sus carruajes y los dos ordenaban a sus cocheros que se adelantaran para llegar antes.

Cada uno consideraba que el Protocolo le daba prioridades.Y así fue como un simple acto se transformó en una carrera de carrozas.

Otro de los enfrentamientos se dio el 2 de Enero de 1870 con motivo del desfile de las tropas que regresaban triunfantes después de haber combatido en la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.

Durante los últimos días de 1869 se habían organizado los detalles de la bienvenida.

Los veteranos combatientes se formarían en el largo muelle de Viamonte y la Alameda es decir por la actual Alem.
Iban a desfilar por Alem hacia la Plaza de Mayo, luego pasando por la puerta de la Catedral, tomaban por Rivadavia hasta Maipú y por este rumbo a Retiro, a los cuarteles que los albergarían.

Para Sarmiento era una complicación, porque la Casa Rosada, entonces no tenía balcón y el necesitaba uno en el que sobresaliera y se le rindieran honores que él considerara dignos de un Presidente.

En cambio el Edificio del Gobierno bonaerense se hallaba junto al Cabildo, en el espacio que ahora ocupa la Avenida de Mayo y este tenía una ubicación mas privilegiada.

El Gobernador Castro, conociéndolo a Sarmiento lo invitó a presenciar el desfile desde la sede del Gobierno provincial.

El Presidente contestó que el desfile de tropas que regresaban vencedoras era un acto nacional, que debía ser presidido por el Presidente de la Nación y que él no podía ser huésped de nadie para eso. Incluso le pidió al Gobernador que le cediera. el Edificio para que el Presidente invitara a quien quisiera.

El Gobierno Provincial se excusó alegando que ya se habían cursado las invitaciones a los vecinos ilustres.

El 1 de Enero de 1871 una numerosísima cuadrilla de obreros construyó un estrado de madera junto a la Recova , que cortaba a la actual Plaza de Mayo en dos. Ese sería el Palco Oficial.

Las tropas llegaron por la noche. Se resolvió que aguardaran en los barcos hasta el amanecer.

Al día siguiente, pocos minutos antes de que se iniciara el desfile Buenos Aires era toda celeste y blanco, nunca se habían visto tantas banderas Sarmiento ordenó un cambio en la ruta.

Las tropas ingresaban a la Plaza de la Victoria y no bien cruzaban el arco de la Recova, viraban a la derecha, abandonaban la Plaza y tomaban por Reconquista hasta Retiro.
Esto hizo que el balcón del Gobernador Castro, plagado de invitados, quedara fuera de recorrido y las tropas no pasaran por allí.

Tuvieron que contentarse con ver a los veteranos a mas de cien metros de distancia y agolpándose unos sobre otros, seguramente con el regocijo silencioso de Sarmiento

Muy propio de Sarmiento, amigo de estas trampitas.

Pero, hay que reconocer fue conciente de que se podían provocar discordias y complicaciones en el futuro y a fin de evitarlas ordenó construir el hoy famoso balcón de la Casa Rosada.

Pero es bueno recordar otros hechos y otros personajes que estuvieron en el hoy mítico balcón. Y en otros balcones cuando el de la Rosada todavía no estaba.

Las arengas y los discursos eran comunes.

Cornelio Saavedra y los demás miembros de la Junta habían salido a saludar a los vecinos desde el balcón del Cabildo en aquel lluvioso 25 de Mayo de 1810.

Diez y ocho años después, desde un balcón de San Telmo, Lavalle había instado a poner fin al gobierno de Dorrego.

En 1865 , Mitre, desde el balcón de su casa se dirigió a la multitud,con la famosa frase, “En tres días a los cuarteles, en tres semanas en el campo de batalla y en tres meses a Asunción”.
 Aquella arenga con que invitaba al reclutamiento para la Guerra del Paraguay.

Los tiempos no salieron como lo dijo desde el balcón de su casa, porque la guerra duró bastante mas, pero no se puede negar que tenía un efecto notable, Cosa muy propia de Mitre, un gran orador.

El propio Sarmiento había hablado al pueblo desde un balconcito de un estrado,en 1873 para inaugurar el Monumento a Belgrano. La Bandera argentina, Dios sea loado, no ha sido atada jamás, al carro triunfal de ninguna vencedor de la tierra.

En 1880 otro conflicto ponía en peligro la paz de los argentinos. Había elecciones presidenciales.

Carlos Tejedor, Gobernador de Buenos Aires pretendía ser Presidente de la Nación, pero Julio Argentino Roca acababa de terminar su famosa Campaña del Desierto y con el prestigio de haber recuperado para el Estado Argentino toda la Patagonia.

El hecho es que los dos candidatos decidieron dirimir sus diferencias en una reunión que se haría en el Tigre donde Tejedor iba a inaugurar una central telegráfica.

En las que ahora llamaríamos internas,Roca había triunfado en doce provincias y Tejedor en dos, Tejedor propuso que los dos renunciaran y designar un tercero.

Roca no aceptó y hubo un conato armado en algunos barrios durante unos días y Tejedor terminó aceptando su derrota.

Aquí,parece que comienza la leyenda de la maldición de los gobernadores bonaerenses que no pueden ser presidentes.

Pero,¿quien fue el primer Presidente que habló del famoso balcón?

Al mismo tiempo una gran cantidad de personas, concientes del momento peligroso que se vivía. Se reúnen en la plaza de Mayo para celebrar un mitin por la paz. Mitin era una palabra inglesa que se usaba mucho en ese tiempo. Significa reunión.

Estaban desde la Bolsa de Comercio, la Sociedad Rural , la Sociedad de sastres, el Club español y algunas logias masónicas

Entonces Guillermo Rawson, ministro de Avellaneda invitó al Presidente a dirigirles la palabra,este así lo hizo e inauguró la costumbre de dirigir la palabra desde el legendario balcón a la multitud y ocurrió el hecho memorable que hasta entonces nunca había ocurrido.
El discurso fue muy elocuente ya que el orador lo era. El mitin por la Paz duró algo más de una hora.

Ese mismo año se dictó una Ley de Federalización, al poco tiempo se funda La Plata como ciudad capital del estado bonaerense y terminó con los problemas de las dos capitales en una misma ciudad y el 12 de octubre de 1880 Roca recibía el bastón de manos de Nicolás Avellaneda, el primer Presidente que habló desde el balcón de la Casa Rosada.

La lista de personajes que estuvieron en el balcón, hablando o no es bastante heterogénea.

Estuvo Madona y cantó No llores por mí, Argentina,en su famosa película, con permiso del entonces Presidente Carlos Saúl Menen, a quien se la pidió Alan Parker, el director de Evita en 1996

Adrianne Clarkson, gobernadora del Canadá,en una visita oficial, le pidió al entonces Presidente de la Rúa, conocerlo, tanta era su fama. Se asomó, pero por supuesto no habló a ninguna multitud.

El más famoso de todos seguramente fue Juan Domingo Perón en las famosas manifestaciones de los 17 de octubre y los 1 de Mayo cada vez más escasas.

La primera vez debe haber sido el 17 de octubre de 1945, cuando una multitud se había reunido pidiendo la libertad de Perón que estaba preso en Martin García.

El Presidente de ese momento, General Edelmiro J. Farrel ordenó su libertad, lo traen a Buenos Aires y Farell lo invita a dirigirse al balcón, y lo presenta a la multitud diciendo Aquí está el hombre que el pueblo pide, entonces Perón se dirige a la multitud.
Evita también lo usó para dirigirse a sus adeptos. Seguramente habló desde allí la famosa jornada en la que anuncia su renunciamiento a la candidatura a vicepresidente a la que la había sido nominada por la CGT

Otra fecha de la liturgia peronista que ya casi no se recuerda

Pero también lo usó el General Galtieri para anunciar que habíamos recuperado las Islas Malvinas.

Juan Pablo II, cuando vino, con motivo del conflicto con Chile que casi termina en una guerra, también lo usó para dirigirse y bendecir a la multitud congregada allí.

No podía faltar Maradona, invitado por el Presidente Alfonsín,con la Copa Mundial ganada en el Mundial de Méjico de 1986, acompañado de su equipo, la muestra a la multitud enfervorizada, congregada en la Plaza.

Por último y como curiosidad, digamos que el Presidente norteamericano Clinton casi lo usa, cuando lo de las relaciones carnales, pero su Servicio de Seguridad se negó y no pudo hacerlo
Esta es muy sucintamente la historia del más famoso balcón de nuestro país.

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